Lo sabe. Lo sabe desde antes de que abriera la ventana —buhardilla en el centro de la ciudad. La campana repicando en la torre del convento. Sonidos de un claxon perdido, de un ladrido anónimo reclamando a su dueño—, por la que entró una brisa que refrescó la habitación, que alborotó varios papeles que tiene Leer más...