El 27 de septiembre de 1894 nació Lothar-Siegfried Freiherr von Richthofen, y lo hizo en Breslavia, en lo que ahora es Polonia. El colega fue un as de la aviación, y él solito consiguió cuarenta victorias durante la Primera Guerra Mundial.
Un crack, vamos; incluso se llevó por delante la vida de otro gran as de la aviación, la del inglés Albert Ball, cuando sus aviones chocaron en pleno combate debido a la falta de visibilidad. Ball se fue para el otro barrio y él siguió sembrando el pánico en el cielo hasta el final de la guerra, tras la que se convirtió en piloto comercial. La palmó en 1922 cuando el motor del D1481 que pilotaba dijo que no llegaba a Hamburgo, destino final de su ruta, ni harto de aceite. Los informes revelaron que el motor falló, y para el otro barrio.
Un crack, insisto. Pero el crack de verdad, el puto amo de la familia, fue su hermano mayor, Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, que consiguió el doble de victorias que él durante la Primera Guerra Mundial y al que se conoció por el apodo de ‘Barón Rojo’ ―por el color del avión que pilotaba―. Ambos formaban parte de la misma escuadrilla, y cuando Manfred no podía volar por lo que fuera, su hermano asumía al mando y leña al manzano —verbigracia, los contrincantes aéreos— como si no hubiera un mañana. Es más, tanta fue y es su fama que hasta un grupo español de rock decidió tomar su apodo de guerra y le dedicó esta canción.