El inicio del proyecto SETI

«¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?», cantaba Siniestro Total en ‘¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?’. Pregunta que da para reflexionar, y mucho. Si estuviéramos solos, va a ser que Carl Sagan tenía razón cuando dijo aquello de cuánto espacio desaprovechado si así fuera. Ahora, ¿y si no?

Pues de eso se encarga el SETI, de buscar algo por ahí fuera. SETI, siglas de Search for ExtraTerrestial Intelligence —o sea, búsqueda de vida inteligente fuera de este planeta. Aunque hacerlo dentro de cuando en cuando tampoco vendría mal—, que es el nombre del proyecto que, como tal, vio a luz hoy el 8 de abril de 1960.

La ocurrencia la tuvo Frank Drake, profesor de astronomía de Cornell (Ithaca, Nueva York, EE. UU.) con el impulso del propio Carl Sagan, al apuntar hacia la constelación de Cetus, en concreto a la estrella Tau Ceti —a doce años luz de la Tierra— con un telescopio para ver si se escuchaba allí algo fuera de lo común. ¿Escuchó algo que se saliera de ese rango? No, padre. ¿Desistió por ello? Tampoco.

Desde entonces hay millones de colaboradores repartidos por todo el mundo dedicados a sondear el espacio, a escuchar y venga a escuchar por si hay alguien ahí fuera y se le ocurre decir algo. Que podría ser de todo: lo que fuera, a modo de cebo, nos soltara algo para que respondamos, saber dónde estamos y así venir a por nosotros —el gran temor de Stephen Hawking. Así lo expresó antes de diñarla—; hasta que a cualquiera en esa inmensidad que es el espacio interestelar se le escapara un cuescarro sin saber que millones de oídos en la Tierra están al acecho. Sería paradójico que fuera eso, un cuescarro, la primera evidencia de señal exterior.

La única que, de verdad, no se descarta que sea una señal extraterrestre —tampoco se sabe si es cuescarro o no—, fue la recibida el 15 de agosto de 1977 procedente de la constelación de Sagitario, con una potencia treinta veces superior al ruido de fondo. A la señal se le puso el nombre de Wow!, que fue lo que salió por la boca del investigador que la descubrió.

Y nosotros, ¿hemos lanzado alguna en plan hola, qué tal, cómo andáis. Que estamos aquí, Sistema Solar, Vía Láctea, el tercer planeta que gira alrededor del Sol. Ese azul, ese, ese. Nada, que os esperamos cuando queráis? Sagan y Drake emitieron una allá por 1974 desde Arecibo con dirección al cúmulo de estrellas M13. ¿Y? Aún quedan veinticuatro mil novecientos setenta y cuatro años hasta que la emisión llegue allí. Así que, paciencia, que Zamora no se tomó en una hora.

Por cierto, como la NASA le cerró el grifo al SETI a mediados de los años ochenta del pasado siglo, si cualquiera de vosotros desea participar o colaborar en el mismo lo puede hacer de manera totalmente gratuita. Basta con que cedáis la potencia que no usáis de vuestros ordenadores para destinarla a la búsqueda de inteligencia fuera de nuestro planeta. Imaginaos que gracias a vosotros se escucha un cuescarro que a saber quién y dónde lo ha soltado. Sería glorioso. ¿O no?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *