25 de enero. Un gran día, sin duda. Para las tierras hermanas del otro lado del océano, que hoy hace 447 años recibieron una gozosa noticia. Que llegó de la mano de una cédula firmada por Felipe II.
Tierras nuevas, aún vírgenes en buena parte de su extensión, y en las que la burocracia imperial había comenzado a asentarse tras décadas de estudio del terreno. Igualdad de condiciones -sobre el papel- a un lado y otro del Atlántico. Funcionarios, jueces, magistrados… Y monjes y sacerdotes a lo suyo, o sea, a cristianizar a todo ser racional que se moviera sobre sus dos extremidades inferiores. Con rectitud, para que interiorizaran bien los dogmas de la nueva fe. Y para que nadie se desviara, de tal forma que así se completaba la fiesta, llegó el establecimiento del Santo Oficio. Para empezar, en las provincias de Lima y México. Lo dicho, un día de alegría para esas nuevas tierras. No iban a quedarse ellas sin disfrutar tan inmenso honor. Del que ya gozábamos en la Península desde algún que otro siglo antes.
También por el imperio, y casi con Fernando I de Aragón el Católico de cuerpo presente, su hija Juana de Castilla se convertía hoy hace 500 años en la heredera de la Corona de Aragón según lo dispuesto por su padre en el testamento que dejó firmado antes de abandonar este valle de lágrimas. Hasta que pasó lo de siempre, que tres no se ponen de acuerdo si dos no quieren, y eso pensaron varias instituciones ligadas a dicha corona. Juana no podía ser reina de Aragón por culpa de la complejidad institucional de sus fueros. Y no lo sería nunca —como tampoco lo fue de Castilla—. De eso se encargaría su hijo Carlos, que se quedó con todo: con Castilla, con Aragón, con el Imperio… Pero eso es otra historia.
Va de reyes la cosa. Enrique VIII, por ejemplo. Que hacía ya una temporada que no quería saber nada de Catalina de Aragón, sobre todo desde que conoció a una noble inglesa llamada Ana Bolena. Así que con ella se casó en secreto tal que hoy hace 483 años. Del matrimonio, que tampoco duró mucho, nacería una niña que con el tiempo reinaría como Isabel I de Inglaterra.
¿Alguna cosa más? Alguna hay. Hace 92 años quedaron inaugurados los Juegos Olímpicos de Chamonix (Francia), en los que tomaron parte dieciséis países representados por 280 y un hombres y 13 mujeres. Fueron los primeros Juegos Olímpicos de invierno de la historia.
Y nacimientos, dos: el de Ángel Nieto, trece veces campeón del mundo de motociclismo, hoy hace 69 años; y el de Adeline Virginia Stephen, en Londres, hace 134. Su vida, una tragedia. Dejó huella en la literatura firmando sus obras como Virginia Woolf.