Vamos a ver, ¿quién era Simón Ruiz?
¿Nadie lo sabe?
¿Y si os digo que fue un comerciante que se convirtió en banquero de Carlos V y de Felipe II?
Su vida no tiene desperdicio.
Como suele pasar, hay personas del siglo XVI cuya vida es un misterio hasta que aparecen allí donde la eternidad les ha dicho que les va a poner un adosado con vistas a ella. En el caso de Simón Ruiz, se sabe que nació en un pueblo de Burgos (Belorado) entre 1526 y 1527. Y ya. A partir de su llegada a la villa de las ferias medievales, todo.
Porque fue así: Simón Ruiz llegó a Medina del Campo pasada la veintena y se dedicó al comercio en las ferias más importantes de Castilla. Que si lienzos por aquí, que si mercancías por allá… Se forró, vamos. Tanta pasta le despertó el interés por saber qué cosas se podían hacer con el dinero para sacar más dinero. Entonces descubrió que si lo prestaba podría ganar más si cabe y empezó a prestarlo. Y se convirtió en uno de los banqueros a los que recurría Carlos V sí o sí. Después del padre fue el hijo, Felipe II, el que también buscó sus perras.
¿Que si ganó pasta? De su paso por este valle de lágrimas quedan algo menos de 60.000 cartas –60.000. Siglo XVI, insisto– enviadas aquí y allá y recibidas en Medina dando cuenta de su actividad; que no tuvo heredero a pesar de casarse dos veces. Cosas que pasan.
Claro que un tipo así tenía clarinete que debía dejar algo aquí para que se le recordara por los siglos de los siglos. Lo hizo en forma de hospital en la Medina del Campo donde vivió los últimos años de su vida. Pero hospitalazo para su época. Ahora se llama Centro Simón Ruiz. Visitadlo si pasáis por Medina del Campo, que merece mucho la pena. Como suele pasar en estos asuntos, verlo empezado lo vio en 1593. Terminado, pues va a ser que no, porque la palmó en 1597 y las obras concluyeron en 1619.