Lo de la Pioneer 10

Vamos a ver, si os digo Pioneer, ¿a qué os suena? A los viejóvenes como un servidor, a un pedazo de equipo de música —en los 80 y 90 del pasado siglo más de uno y de dos matábamos por tener uno de ellos en el coche, y no te cuento ya en casa—. ¿Y a los demás? ¿Nada? ¿Y si os digo NASA? Ahí ya si vamos mejor, ¿no? Alguna sonda espacial, algún cohete y esas cosas. Pues viendo lo que significa la palabra —pionero—, más lo segundo que lo primero. Sí, una sonda, la Pioneer 10, que tal día como hoy de 1983 abandonó el Sistema Solar con destino a la estrella de Aldebarán; donde, si todo marcha bien, y eso en cuestiones estelares es como fiarse de las cualidades de Carmen de Mairena como soprano, llegará dentro de un millón y medio de años, año arriba año abajo. Vamos, es muy posible —pero que muy— que nos hayamos extinguido, que de nosotros no quede ni el recuerdo, y la Pioneer 10 siga dando tumbos allá por donde vaya.

La sonda Pioneer 10 fue lanzada al espacio el 2 de marzo de 1972. Como particularidad —seguro que alguno/a lo recuerda— incorpora una placa diseñada por Carl Sagan y fabricada en aluminio ionizado en oro —que se ve que aguanta más. Eso dice la Wikipedia al respecto— que recoge un mensaje simbólico para quien lo quiera/pueda leer acerca de quiénes somos y de dónde viene la susodicha sonda. Pionera, decía, porque fue la primera en superar el Cinturón de Asteroides, en dejar atrás Júpiter, y en sobrepasar la órbita de Neptuno.

¿Dónde andará ahora? La última noticia suya se recibió hace cosa de quince años, cuando se encontraba a doce mil millones de kilómetros de la Tierra —ahí mismo, casi a la vuelta de la esquina si lo comparamos con su lugar de destino—. El último intento de conexión a la sonda, sin éxito, se realizó el 4 de marzo de 2006. Eso sí, sabemos que está ahí porque la Red del Espacio Profundo, sistema de control activo encargado de vigilar todo lo que enviamos ahí afuera y también todo lo que pueda venir a hacernos una visita, detectó que por ahí anda. Viaja con el automático puesto camino de Aldebarán, una estrella de la Constelación de Tauro. Si llega, quien esté por aquí, lo cual es suponer mucho dado lo cerca que estamos siempre de esfumarnos de un plumazo, que informe, por favor. De nada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *