El 23 de diciembre de 1543, víspera de Nochebuena, el emperador Carlos V se fue de boda, aunque antes le dio tiempo de escuchar cómo se convocaba la convocatoria de la Dieta en Spyrs (Espira, en Alemania, para entendernos. No el apellido de la cantante llamada Britney).
Por aquellas fechas, el emperador se encontraba en Bruselas recuperándose de las nuevas hostialidades con el francés —Francisco I, recuerdo— y rumiando qué hacer con los príncipes alemanes, díscolos no, lo siguiente. En consecuencia, y como en aquella ciudad alemana ya se habían celebrado dos dietas anteriores —en 1526 y 1529— para tratar el asunto en cuestión —o sea, contener el auge del luteranismo, además también de cómo detener al turco, es decir, a Solimán I, que estaba llamando a las puertas de Viena para que le dejaran pasar y quedarse con la ciudad sí o sí—, el emperador determinó que se celebrara otra más en 1544. Total, por una más…
Después de escuchar aquella convocatoria, se celebró un torneo a pie en su honor, esos entretenimientos de la gente pudiente en los que lo mismo te podías llevar una sarta de palos que irte para el otro barrio —que se lo digan a Enrique II, el hijo del francés, que la palmó de la herida que le provocó la astilla de una lanza—; y a continuación se fue de boda, que se casaba el Señor de Arembergue —en la actualidad, Arenberg, en Bélgica. Si te gusta el ciclismo, lo conocerás por ser parte del recorrido de la infernal Paris-Roubaix. Sus tramos más jodidos, por resumir— con la señorita de Bergues, según detalla Foronda y Aguilera. A continuación, hubo comida, y fin de los detalles. Foronda consigna al respecto & & &. O sea, y. Sí. Y, y, y, si nos atenemos al significado de aquel carácter, pues equivale a dicha conjunción copulativa. Traducidlo como queráis.
Por cierto, volviendo a aquella Dieta —asamblea política y legislativa, recuerdo. Nada de estar a dos velas en lo tocante a meterse para el buche— a la que me referí, el emperador Carlos V la declaró abierta el 20 de febrero del año siguiente, 1544. ¿Se arregló algo en ella? Nada. Así que camino abierto para las hostialidades con los príncipes alemanes. Que esas también fueron grandes. Hors catégorie, que diría el francés.